Esta exposición fue especialmente dura y complicada pues fue la primera después de la muerte del maestro y fundador del Colectivo de Artistas de Conil, Dieto Derich.
En esta ocasión, el colectivo eligió el título Ding Dong, donde los participantes tenían que jugar con los contrastes, las antítesis, y dejar volar su imaginación para conseguir transmitir lo que querían contar a todo el público que llenó la sala.




